¿Qué es la celiaquía?

La enfermedad celiaca, se define como un proceso inflamatorio permanente del intestino delgado, desencadenado por la ingesta de cereales que contienen gluten, siendo este el principal complejo proteico del trigo, la cebada el centeno y la avena.

Esta intolerancia permanente del sistema inmunitario frente al gluten, concretamente a su fracción proteica (gliadina), puede afectar a los individuos genéticamente predispuestos.

En condiciones normales, la mucosa del intestino delgado está recubierta de vellosidades encargadas de absorber los nutrientes. En el caso de los individuos afectados por la celiaquía, existe una lesión intestinal inflamatoria que atrofia dichas vellosidades, provocando una malabsorción de proteínas, lípidos, hidratos de carbono, vitaminas y minerales, pudiéndose producir carencias nutricionales.

La celiaquía puede provocar síntomas muy variados, desde diarrea, estreñimiento, dolor e hinchazón abdominal, flatulencia…, hasta anemia, dolor articular o muscular, cansancio, perdida de peso, dolor de cabeza, osteoporosis o inflamación del hígado.

Esta enfermedad afecta hasta el 1% de la población, aunque la gran mayoría de los celiacos no saben que la padecen. De hecho, se estima que 6 de cada 7 celiacos están sin diagnosticar, por eso, hoy en día se la considera como una de las intolerancias más comunes en todo el mundo.

Hasta ahora, no hay tratamiento farmacológico. La única actitud terapéutica es la realización estricta y de por vida de una dieta exenta de gluten, ya que aunque los síntomas mejoran, la base inmunológica provocará que reaparezcan si el gluten vuelve a ser incluido en la dieta.

El diagnóstico de una celiaquía origina, sobre todo, muchas preguntas relacionadas con la alimentación diaria y la creencia de que se va a perder la calidad de vida. Sin embargo, esto no tiene por qué ser así, puesto que los celiacos llevan vidas prácticamente libres de molestias.

Hay que tener en cuenta que, el gluten no es un nutriente esencial, y pueden ser eliminados de nuestra dieta los alimentos que lo contengan, sin que esto ocasione ninguna carencia nutricional.

Afortunadamente, además de los alimentos que de forma natural no contienen gluten, como son cereales (arroz, maíz, mijo, amaranto, quínoa), las verduras, frutas, hortalizas, aceite de oliva, leche, carne, pescado, huevos, legumbres…, la industria ha desarrollado una amplia gama de productos seguros y saludables desde un punto de vista nutricional.

Si surgen preguntas en cuanto a la nueva dieta libre de gluten, se debería solicitar asesoramiento nutricional a un especialista cualificado.

Se puede decir que un celiaco, si cumple con su nueva dieta exenta de gluten, es una persona sana, que no necesita tomar ningún medicamento, ya que el bienestar general se restablece, desaparecen las molestias y mejora el estado general físico y psíquico.

Paula Lang

Dra. C. Químicas

Experta en Nutrición  y Dietética

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