Prevención del cáncer de mama mediante la alimentación (1ª Parte)
En los últimos años el fenómeno de la industrialización y el desarrollo económico y tecnológico ha producido importantes cambios en los hábitos alimentarios. Estos han tenido por una parte repercusiones muy positivas, ya que por la mayor disponibilidad y abundancia de alimentos, se han reducido considerablemente las desnutriciones clínicas. Sin embargo, junto con estos aspectos positivos, se presentan otros menos satisfactorios ya que aparecen las llamadas enfermedades degenerativas, debidas principalmente al hiperconsumo: obesidad, enfermedades cardiovasculares, diabetes, cáncer…
Según un informe de la Organización Mundial de la Salud, los factores implicados en la formación de un cáncer, pueden ser genéticos o ambientales, siendo estos últimos los que parecen tener mayor importancia por exposición a una serie de sustancias carcinogénicas. De entre los factores de riesgo implicados y después del tabaco, es la dieta el factor que se relaciona con un 30% de los cánceres diagnosticados en países occidentales y con el 20% de los cánceres en los países en vías de desarrollo.
La dieta tiene la ventaja de ser fácilmente modificable, estimándose que un porcentaje considerable de dicha enfermedad, podría prevenirse mediante modificaciones dietéticas.
Han sido identificados en numerosas investigaciones, alimentos y nutrientes específicos vinculados con el desarrollo de diversos tipos de cáncer, y aunque existe controversia, con respecto a los factores de riesgo nutricionales asociados con dicha enfermedad, ya se tienen numerosos datos que pueden ayudar a entender la patogenia del cáncer de mama. Así se sabe que la obesidad puede ser un factor de riesgo para desarrollar dicha enfermedad. Del mismo modo, distintas investigaciones sugieren el riesgo potencial que supone una dieta con una ingestión elevada de grasa total y un consumo excesivo de hidratos de carbono. También se ha observado que el alcohol incrementa el riesgo de cáncer.
Los conocimientos actuales sobre prevención del cáncer de mama, en cuanto a nutrición se refiere, son bastante amplios, y aunque todavía no todos los estudios son concluyentes, sí se podría poner en conocimiento de las mujeres aquellos datos de los que se dispone.
Las campañas de detección precoz para el cáncer de mama se ha demostrado que son eficaces, al aumentar las probabilidades de curación y por tanto de supervivencia. Con la misma intensidad y casi más importante sería hablar a la mujer sobre la influencia que tiene la nutrición en la prevención del cáncer de mama y así disminuir el riesgo de la formación de dicha enfermedad.
Hoy en día sigue faltando información, entre las mujeres en general, sobre cómo prevenir el cáncer de mama mediante la dieta y una serie de hábitos saludables y en particular y más grave todavía, entre mujeres que actualmente padecen el cáncer o son supervivientes de esta enfermedad.
En el próximo artículo (Prevención del cáncer de mama mediante la alimentación 2ª parte), se dará una serie de recomendaciones nutricionales que junto al mantenimiento de la actividad física y un índice de masa corporal adecuado, podrían contribuir a reducir la incidencia del cáncer de mama entre un 30 – 40%.
Es muy importante hacer llegar el mensaje a la sociedad, de que toda mujer puede ocuparse activamente de la salud de sus mamas, pudiendo disminuir el riesgo mediante modificaciones dietéticas.
Paula Lang
Dra. C. Químicas
Experta en Nutrición y Dietética