La lactancia materna es el mejor alimento para el recién nacido. La etapa del lactante se extiende desde el momento del nacimiento hasta los dos años de edad, aunque el periodo de lactancia exclusiva comprende los 4 – 6 primeros meses de vida, durante los cuales el alimento del bebé debe ser solo leche.
La superioridad en la composición nutricional de la leche materna sobre cualquier alimento, hace que deba ser el producto aconsejado y recomendado para el recién nacido. Numerosos organismos internacionales y sociedades científicas, como la Asociación Americana de Pediatría (AAP) y la Sociedad Europea de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica (ESPGHAN), reconocen que la leche de mujer es la mejor fuente de nutrición para los lactantes, especialmente durante los primeros meses de vida. La leche humana, es un fluido biológico complejo y dinámico, ya que su composición va variando a lo largo de la lactancia, adaptándose a las necesidades cambiantes del recién nacido.
La lactosa representa el componente mayoritario de los hidratos de carbono en la leche de la mujer, a la cual se la atribuyen distintas funciones, destacando la promoción de una beneficiosa flora bacteriana en el colon, al mismo tiempo que favorece la absorción del calcio.
En cuanto a las proteínas, predominan la seroalbúmina, lactoferrina e inmunoglobulinas, necesarias para el crecimiento del bebé.
La cantidad de grasa saturada en la leche humana es baja, sin embargo destaca la proporción de ácidos grasos poliinsaturados de la serie omega-6 y omega-3; así como el ácido graso docosahexaenoico, fundamental para el desarrollo y maduración del sistema nervioso y la retina.
El contenido en vitaminas es también importante: tiamina, riboflavina, niacina, piridoxina, vitamina B12, vitamina C, vitamina A, vitamina E…, son algunas de las que forman parte de su composición. Además, la leche materna contiene otra serie de componentes complejos, como son la amilasa y lipasa (enzimas que favorecen la función digestiva), o factores inmunitarios y de defensa (leucocitos, lisozimas, inmunoglobulinas, antioxidantes…).
Todo esto hace que la leche materna tenga numerosas ventajas:
- Protege al niño de infecciones, como son: bronquitis, gastroenteritis, otitis, meningitis….
- Los bebés padecen menos problemas digestivos
- Protege de la muerte súbita del lactante
- Previene de enfermedades futuras: asma, alergias, obesidad, diabetes….
- Favorece el desarrollo intelectual y de la visión
- Y se ha comprobado que los bebés alimentados al pecho, tienen menos deformaciones dentales.
- Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), tan solo el 38% de los bebés menores de 6 meses, son amamantados. Se trata de una cifra muy baja, sobre todo si se tiene en cuenta que la lactancia natural es la mejor forma de nutrición de los recién nacidos. Hay que proteger, fomentar y apoyar la lactancia materna para que la mujer se anime a elegir ésta, como la mejor opción de alimentar a su bebé.
Paula Lang
Dra. C. Químicas
Experta en Nutrición y Dietética