Cuando llega el bebé a casa y nos encontramos solos con él, nos asaltan un montón de dudas; ya nos sabemos la teoría, pero la práctica la tenemos que adquirir con la experiencia. Pensamos si seremos capaces de entendernos bien con esta personita que ha llegado a nuestra vida y nos esforzamos al máximo por tener sus necesidades cubiertas y que el bebé se sienta feliz y esté confortable en su nueva vida.
¿Cómo entender su lenguaje?.
- Mueve y flexiona las piernas y brazos tratando de hacerse una bolita.
- Sus manitas están siempre cerradas.
- No tiene fuerza suficiente en el cuello como para sostener derecha la cabeza.
- La luz intensa le molesta. Se protege cerrando los ojos.
- Duerme, duerme y duerme. Si tiene hambre, le duele algo, o no está feliz, se despierta y llora.
- Cuando se le habla, parece que escucha. Parpadea.
- Reconoce a sus padres y personas de su entorno por el olor y el tono de voz.
- Su sensibilidad está muy agudizada. Protesta y llora ante cualquier cambio brusco.
¿Cómo comunicarte con el bebé?.
- Cuando llora, nos llama y por ello es necesario acudir con rapidez. Al responder al llanto del bebé, no te «sometes» en modo alguno a su voluntad, sino que le prestas atención y le das cariño. De este modo, el bebé aprende que no debe temer porque sus necesidades se vean satisfechas en el futuro.
- Dejar que el bebé llore durante períodos prolongados en sus cuatro primeros meses de vida no le enseña a esperar el momento en que nos venga mejor darle la siguiente toma; tampoco le enseña que no necesita otro arrumaco. No le enseña que debe volver a dormirse. Le enseña que no hay nadie cerca a quien le importe y que no puede hacer nada al respecto.
- No hay que agitarle bruscamente, ni a él ni a su cunita. Hay que procurar que no se produzcan ruidos fuertes en su cercanía. Hay que evitar las luces intensas.
- Tampoco la disciplina tiene cabida en estos primeros meses. Eso no significa que los bebés no deban beneficiarse del refuerzo de la rutina.
- La proximidad y el contacto físico es el único lenguaje que entiende; hacerle arrumacos, cogerle en brazos, frotarle suavemente la espalda, masajearle.
- Cuando esté intranquilo, incluso llorando, hay que cogerles en brazos y acunarle con suavidad. Ese es su juego favorito.
Para más información, puedes descargar nuestro manual aquí.